Desde la noche que sobre mí se cierne,
negra como su insondable abismo,
agradezco a los dioses si existen,
por mi alma invicta.
Caído en las garras de la circunstancia,
nadie me vio llorar ni pestañear.
Bajo los golpes del destino,
mi cabeza ensangrentada sigue erguida.
Más allá de este lugar de lágrimas e ira
yacen los horrores de la sombra,
pero la amenaza de los años,
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargada de castigo la sentencia.
Soy el amo de mi destino;
soy el capitán de mi alma.
Eso está bien ser tu dueño y señor.
ResponderEliminarun saludito
Muy apropiado... que no nos tiemblen las piernas por muy cuesta arriba que sea el camino; Lo leeré cada vez que el miedo pretenda paralizarme.
ResponderEliminar¿Sabes quién soy? xD
Yo, gracias por el coment, un saludo para ti tambien
ResponderEliminarAnonimo....Nuria??? xDDD
Me gustan mucho estas palabra. 'Soy el amo de mi destino', por supuesto que sí!
ResponderEliminarMe quedo por aquí, te sigo.
Saludos.
Me encanta esa firmeza. Yo también quiero ser dueña de mi destino y firme en los pasos que dé día a día.
ResponderEliminarBesos y susurros muy cálidos
el destino no deja de ser un recuerdo que al fin y al cabo es lo único q nos pertenece...
ResponderEliminarPerfecto final...solo hay q encontrar un destino a seguir, y yo no lo tengo tan claro!!!ainssss.
ResponderEliminarSaluditos de la chica en la busca.
PD:t encontre en el blog d Yo, asi q x aqui m pasaré...;)
Invictus... SIEMPRE! Ni le falta ni le sobra nada... AL DENTE COMO LA PASTA!
ResponderEliminarUn saludo